En el siglo XIII, debido al rápido desarrollo del comercio veneciano, un gran número de comerciantes de toda Europa llegaron a Venecia donde se les concedía alojamiento gratuito y se les acogía calurosamente.
Venecia ha sido durante su historia una ciudad cosmopolita y dedicada por completo al comercio entre Oriente y Occidente y como tal, tuvo que acoger a comerciantes extranjeros, a los que tenía también que vigilar y controlar. También llegaban para ejercer determinados oficios.
Muchos "extranjeros" residentes en Venecia, originarios de la misma ciudad o nación, albaneses, griegos, schiavoni, florentinos, tedeschi y otros, a menudo se reunían en corporaciones (Scuole) para defender sus intereses comunes como extranjeros y como artesanos.
Casi siempre, los ciudadanos de una misma nación practicaban el mismo oficio, como los milaneses, que practicaban el arte de la herrería, o los Lucchesi (de Lucca, en la Toscana), el arte de la seda; sus santos patrones eran, la mayoría de las veces, los suyos propios o algún santo particularmente venerado en el país de origen. Así, los florentinos eligieron a San Giovanni Battista y los milaneses a San Carlos Borromeo.
Llegaron de distintas nacionalidades:
LOS TEDESCHI
Los tedeschi, traducido como “Alemanes”, pero no penséis en la Alemania actual, ya que se llamaba así a cualquiera que venía del Norte de Europa. Fueron los primeros en establecerse en la ciudad, al lado del puente de Rialto en un edificio cedido por la República: el Fontego dei Tedeschi en 1228.
La planta baja se utilizaba para hacer negocios y como almacén, pero también había habitaciones (unas 200) en las plantas superiores para descansar. Este primer edificio se destruyó en un incendio en 1505.
Se sustituyó por el magnífico edificio que hoy conocemos, adornado con frescos de Giorgione en la fachada al Gran Canal, y hacia la calle por Tiziano, que ya no existen pero podemos ver algunos fragmentos en las Gallerie dell'Accademia.
Los tedeschi importaron a Venecia metales, pieles y cuero, y se establecieron en la laguna como panaderos, zapateros y, más tarde, impresores.
Los Tedeschi disfrutaban En el Fontego de una autonomía supervisada, se comportaban según sus propios hábitos, que los venecianos podían mirar con una mezcla de curiosidad y sospecha, pero que en realidad evitaban interferir. Encerrados allí durante la mayor parte del año, a veces también organizaban fiestas, espectáculos, bailes públicos de máscaras, encuentros...
LOS ARMENIOS
Desde 1253, por motivos comerciales, muchos armenios llegaron a la laguna veneciana , y Marco Ziani , hijo del dux Pietro , les cedió una gran casa en la parroquia de San Giuliano , adyacente al actual puente Ferali, entonces llamado puente "Armeniorum".
Al lado construyeron una pequeña iglesia dedicada a la Cruz, que aún existe y está oficiada por los padres mekhitaristas de la isla de San Lázaro con rito oriental.
La isla de San Lazzaro, llamada de los Armenios fue ocupada en 1717 por un grupo de monjes que fundaron allí el Monasterio Católico Armenio de San Lazzaro, sede de la orden Mechitarista. Es visitable, e incluso podemos encontrar ¡una momia!.
LOS TURCOS
Ya Venecia comerciaba con la región de Anatolia antes de la formación del imperio Otomano, en el siglo XIII.
Cuando el poder de los turcos se desarrolló y se apoderó de muchas partes de Europa, la República se enfrentó al problema de dar a sus comerciantes un lugar donde pudieran alojarse y almacenar sus mercancías y además controlar sus movimientos puesto que los sentían como un peligro para la República.
Se les asignó el antiguo palacio del duque de Ferrara, que desde entonces (1621) tomó el nombre de “Fontego dei Turchi ”, una especie de “casa-hotel-almacen”. La legislación se volvió rigurosa en la separación de los turcos de los cristianos.
LOS SCHIAVONI
A la Riva degli Schiavoni llegaban en buques mercantes de los Schiavoni provenientes de la franja costera de Dalmacia, Bosnia y Albania, antiguamente llamada Slavonia o Schiavonia. También aquí tenían sus puestos comerciales. Los Schiavoni mantuvieron relaciones comerciales con Venecia desde los primeros tiempos y después fueron súbditos leales de Venecia.
Los dálmatas destacaron en las actividades marítimas y la construcción naval en Venecia. Eran en su mayoría artesanos cualificados: calafates (calafati), carpinteros (maestri d'ascia), remeros (remeri), herreros (fabri) y veleros (veleri) que trabajaban en el Arsenale o barqueros no cualificados (barcaroli y gondoleros)
En Venecia se les recuerda todavía en la Corte Schiavona de Castello, donde tenían un hospicio, la Riva degli Schiavoni y a Scuola de San Giorgio degli Schiavoni donde se reunían.
La comunidad dálmata fue la única nación en Venecia cuya scuola no se dio por terminada con la caída de la República por la invasión napoleónica. Hoy en día, la Scuola degli Schiavoni sigue celebrando reuniones periódicas de sus miembros -aunque queda poco, o nada, de sus dálmatas, y cultiva un interés por la historia de los dálmatas en Venecia.
LOS PERSAS
El comercio de Tauris (actual Tabriz, Irán) que fue durante mucho tiempo la residencia de los gobernantes de Persia, concentraba tanto el comercio de Persia como el de otras zonas asiáticas: Samarkanda, Bukara, Bolkar, Otrar... Los venecianos deseaban tener estrechas relaciones con los persas.
Hay documentos que atestiguan que hubo tratados comerciales desde el siglo IX cuando gobernaba el dux Pietro Orseolo.
Los venecianos importaron de Persia seda, lana, pelo de camello, rasos con bordados tejidos en oro, alfombras, pimienta, tabaco, índigo, alumbre, azúcar, galla, jengibre, azafrán, piedras preciosas...
Los persas tuvieron su propio fondaco o almacén en Venecia: el "Fontego dei Persiani" que yano existe, justo frente al de los Tedeschi. Por decreto del 10 de junio de 1662, los persas fueron obligados a pasar al almacén turco con penas de destierro y prisión si no lo hacían.
LOS TOSCANOS Y LUCCHESI
Aunque existen varias pruebas de la presencia de comerciantes toscanos en
la Laguna al menos desde el siglo XIII, el documento más antiguo que menciona
un asentamiento de Lucchesi se refiere a unos fugitivi (mercaderes en quiebra) que llegaron a Venecia en 1307. Siete años más tarde, varias familias güelfas importantes huyeron de Lucca tras un golpe gibelino. Génova, Bolonia y
Venecia compitieron entre sí por acoger a estas familias, ya que representaban la excelencia en la industria de la seda
Los toscanos vivían en algunas casas de Rialto; los luccanos (de Lucca) primero en la Calle della Bissa , en el tramo que se extiende desde el Ponte Sant'Antonio hasta el Campo San Bartolomeo , y luego en el distrito de San Marcuola fundaron su Scuola bajo el nombre de "Volto Santo".
los Lucchesi se instalaron lo más cerca de la sede de los tedeschi, en el barrio donde ya existían otras industrias textiles, ya que fabricaban, hilaban y comerciaban con seda.
LOS JUDIOS
Los judíos, fueron una de las comunidades más numerosas de la ciudad y las autoridades políticas y religiosas no tardaron mucho en buscar una forma de controlar a esta creciente población.
Así en el siglo XVI la ciudad decidió "controlar" a los judíos en una isla situada en el centro del barrio de Cannaregio que solamente era accesible por dos puentes, de forma que por la noche podían cerrar sólo con dos portones dejando aislado este barrio del resto de la ciudad. Todavía hoy en día se pueden observar los agujeros donde iban colocados los goznes de los portones que se cerraban durante la noche.
El Ghetto era un pequeña ciudad dentro de otra ciudad
En el ghetto Nuovo: Sólo 2 puentes de acceso; 3 sinagogas: la Alemana, la Canton y la Italiana. Tres casas de empeño en cada uno de los lados de la plaza: el Banco Rosso (rojo); el Verde y el Negro, debido al color de los recibos que los judíos entregaban al cliente; y negocios de objetos de segunda mano.
Los judíos tedeschi se dedicaron a prestar dinero en las casas de empeño, a intereses controlados por la republica, y también al mercado de segunda mano (la strazzaria). Construyeron esplendidas sinagogas: la Tedesca y la Canton, además de otras 3 más pequeñas. Los judíos italianos construyen la Scuola Italiana.
En el Ghetto Vecchio:
Dentro de las puertas, además de los lugares de estudio y oración, se encontraba un teatro, una academia de música, cenáculos y salones literarios. En la calle principal del Ghetto Vecchio había todo tipo de tiendas: desde las de uso más diario hasta una librería en el campiello delle Scole; había un hotel de 24 habitaciones, en la Escuela levantina, una posada y un hospital en la corte de los Barucchi.
Los levantinos, súbditos del imperio Otomano brillaron en el comercio marítimo, y la Serenissima les otorgó en 1541 la zona del ghetto Vecchio para vivir.
Exhibían sus riquezas: vestían lujosos vestidos y constuyeron una suntusoa sinagoga: la Scuola Levantina. Los comerciantes traían consigo costumbres orientales y usaban turbantes; sus mujeres exhibían espléndidas túnicas, gorros altos y rígidos con adornos de piedras, joyas caras, en contraste con las modestas costumbres de los judíos alemanes del vecino Ghetto Nuovo.
Los Ponentini, a partir de 1589, provenientes de la Península Ibérica también se instalaron en esta zona.
Finalmente, se abrió el Ghettto Novisimo en 1633. Es una zona modesta entre la calle di Ghetto Novissimo y la del Ormesini.
Un itinerario por el barrio judío aquí. Conoce como era una sinagoga judía.
LOS FURLANI
En 1418 Venecia conquistó todo Friuli y muchos friulanos (que acabaron llamados Furlani) se trasladaron a Venecia y vivían en la calle y la fondamente dei Furlani.
Los friulanos eran aguadores, taberneros, lavanderas, vendedores de frittelle, porteadores, y también hacían el trabajo el trabajo de Códega: acompañantes nocturnos que llevaban un farolillo o linterna.
Tenían una Scuola de devoción en la ex iglesia de San Basso (en la piazzetta de San Marcos) que trasladaron en el siglo XVIII a la iglesia de San Giovanni del Tempio.
LOS GRIEGOS
Siempre hubo mutua simpatía entre los griegos y los venecianos , y cuando los otomanos entraron en acción, se produjeron numerosas migraciones de familias enteras a las que Venecia acogió.
Una multitud llegó a Venecia en la segunda mitad del siglo XV (se habla de 4.000 personas, en una ciudad que en 1509 tenía 110.000 habitantes).
Las relaciones de los venecianos con los griegos eran mercantiles y literarias, pero también militares: participaban en el refuerzo de las flotas y eran admirables en los campos de batalla.
Querían tener su propia iglesia en la ciudad, y lo consiguieron en 1571: La iglesia estaba dedicada a San Giorgio dei Greci y en su patio de entrada se construyó la Scuola di San Nicolò , una valiosa colección de reliquias de arte griego y donde se reunía la Comunidad en la Sala Capitular. Se financió imponiendo un impuesto a todos los Los barcos griegos fondeados en el puerto de Venecia.
Poco a poco, también los topónimos (una calle, una fondamente, un puente) registran la presencia masiva de la comunidad helénica en Castello
LOS ALBANESES
Los albaneses estuvieron vinculados a Venecia contra las primeras invasiones de los turcos, y Venecia siempre les estuvo agradecida. Cuando se perdió Scutari el Senado veneciano decretó que los albaneses que querían permanecer en su tierra y convertirse en súbditos de los otomanos sería respetados como amigos y socios comerciales.
Y Venecia les dijo: "Todos los que quieren irse y venir con nosotros, serán bienvenidos, favorecidos y acomodados con especial caridad y amabilidad y siempre les protegeremos, para que puedan vivir bajo nuestra amparo con sus familias, como se merecen por su fe y perseverancia"
Muchos albaneses decidieron emigrar, y Venecia gestionó esta afluencia con una política impresionante reservando una pensión vitalicia para las viudas y manteniendo a sus hijos hasta la edad adulta y dando a sus hijas una dote.
Como recuerdo de la relación de Venecia y los alavaneses quedan:
- Calles y campiellos con el nombre "dei albanesi" (de los albaneses) en 5 de los 6 barrios de la ciudad
- La iglesia de San Maurizio, donde se reunían los albaneses desde 1447 antes de la construcción de su Scuola
- El cuadro en el techo de La sala del Consejo Mayor en el palacio Ducal, relativo a la defensa de Scutari en el asedio de 1474, de Paolo Veronese
LAS RELACIONES ENTRE LOS CIUDADANOS Y LOS EXTRANJEROS
Al ser una ciudad cuyo crecimiento y desarrollo en la Edad Media estuvo estrechamente ligado al comercio y, por tanto, a la presencia de
mercaderes de diversos lugares, Venecia acogió con interés a los extranjeros.
En Venecia en todo momento convivieron pacíficamente y se toleraron todas las religiones, ejerciendo aquí su culto, un ejemplo único en la historia de Italia.
También los acogió para determinadas profesiones, en las que no tenía especialización o conocimiento.
Pero ¿Los extranjeros se mantuvieron al margen de su propio grupo original o fueron asimilados en el tejido social local, renunciando a su identidad territorial original?
Una decisión del Consejo Mayor de 1327 compara a los inmigrantes alemanes que no eran comerciantes de alto nivel ni profesionales ricos, con personas de mala reputación y, por tanto, más propensas a ser delincuentes. En 1379 se hablaba de patrullar la ciudad y prevenir crímenes y homicidios creados por la multitud de personas que venían a vivir a Venecia, sobre todo de Lombardía y Toscana. Pero, ¿era así como se percibía a los extranjeros en Venecia a lo largo de los siglos?
Venecia tenía una doble política en el siglo XIV que pretendía, por un lado, atraer y acoger a los trabajadores extranjeros en Venecia y, por otro, controlar y contener su "indisciplina". Por este motivo les otorgaban edificios o lugares, donde los controlaban.
Pero, a lo largo de la historia, la realidad es que su tolerancia dependía del momento histórico y de las necesidades de la ciudad. Así, tras la epidemia de peste de 1348, fueron bienvenidos, dado que la población se había diezmado y se necesitaba mano de obra.
El ejemplo más elocuente es probablemente la de la Scuola del Volto Santo, una hermandad devocional, aunque claramente definida en 1359. Anteriormente, Venecia había prohibido y se había opuesto a la creación de congregaciones nacionales, por temor a fuerzas políticas organizadas contra su gobierno.
Sin embargo, esta vez Lucca alcanzó su objetivo porque presentaron la solicitud a través del monasterio de los Servi di Maria, una orden monástica establecida en Venecia desde la segunda mitad del siglo XIII.
Por tanto, los grupos de inmigrantes iban cayendo en desgracia o gracia, según la actividad que realizasen fuera importante o no para la Serenissima República en cada momento.
En sus siglos de historia, Venecia, la "Puerta de Oriente", supo gestionar las relaciones y los intercambios con los distintos pueblos del Mediterráneo y, en general, tuvo relaciones positivas con diferentes culturas y religiones. Un proceso de globalización que tuvo lugar ya hace muchos siglos y algo puede enseñar ¿no crees?
MAPA DE LAS COMUNIDADES EXTRANJERAS EN VENECIA
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