El 12 de mayo de 1797, Venecia cayó en manos de Napoleón Bonaparte, llegando el fin de la gloriosa República de Venecia para siempre tras 11 siglos. Muchas lágrimas se vertieron...
12 DE MAYO: EL DRAMÁTICO DÍA
El 30 de abril de 1797, cuando las tropas francesas ya habían alcanzado las orillas de la laguna e intentaban llegar a Venecia, el dux Lodovico Manin, reunido con la Signoria, los Savi, los jefes de los Diez y algunos magistrados, dijo la famosa frase:
«Sta note no semo sicuri gnanca nel nostro leto» (Esta noche no estamos seguros ni siquiera en nuestra propia cama)
El 12 de mayo pronunció su último discurso ante el Maggior Consiglio. Al terminar, se retiró a sus aposentos, se quitó el corno ducale y se lo entregó a su lacayo de confianza, Bernardo Trevisan, exclamando tembloroso: «Tolè, questa non dopero più» (Toma, esto ya no lo usaré más).
Su lápida está en la capilla Manin, en el interior de la iglesia Scalzi, donde aparecen dos simples palabras: "Cineres Manini".
Y llegó el día fatídico, la mañana del 12 de mayo, entre rumores de conspiraciones y el inminente ataque francés, el Gran Consejo se reunió por última vez. A pesar de la presencia de sólo 537 de los 1.200 patricios, el dux Ludovico Manin abrió la triste sesión con las siguientes palabras:
Por más que estemos con el alma muy afligida y turbada, aun después de haber tomado con casi unanimidad las dos resoluciones anteriores, y de haber declarado tan solemnemente la voluntad pública, estamos también resignados a las divinas decisiones. [...] La decisión que se os presenta no es sino consecuencia de lo ya acordado con las anteriores [...]; pero dos artículos nos dan supremo consuelo, viendo uno asegurado nuestra Santa Religión, y con el otro los medios de sustento de nuestros conciudadanos [...]. Mientras que el hierro y el fuego están siempre amenazados si uno no se adhiere a sus exigencias; y en este momento estamos cercados por sesenta mil hombres caídos de Alemania, victoriosos y libres del temor de las armas austriacas. [...] Concluiremos, pues, como es debido, recomendándoos que os dirijáis siempre a Dios Nuestro Señor y a su Santísima Madre, para que se dignen, después de tantos azotes, que merecidamente nos han probado por nuestros errores, mirarnos de nuevo con los ojos de su misericordia, y levanten al menos en parte las muchas angustias que nos oprimen. Dux Ludovico Manin
Durante la sesión, el pánico se apoderó de la asamblea en la plaza de San Marcos: los Schiavoni disparan sus mosquetes en señal de saludo al estandarte de San Marcos antes de embarcar por orden de Napoleón, pero los patricios, aterrorizados, temían que se tratase de una revuelta popular. Se procedió a la votación y, con 512 votos a favor, 5 abstenciones y 20 en contra, se declaró abolida la República.
Se asomaron al palacio Ducale para anunciar la decisión, y la multitud en gritos de ¡Viva San Marco! y ¡Viva la Repubblica! Pero ya no existía la República. Había acabado de un modo poco glorioso.
El Municipio Provisional se estableció en el Palacio Ducal, en el salón donde se reunía el Gran Consejo.
EL GOBIERNO DE NAPOLEÓN
Los franceses entraron en la ciudad la noche del 15 al 16 de mayo. Eran las primeras tropas extranjeras en suelo de Venecia desde que nació.
¿Qué ocurrió después?
El 4 de junio, en la plaza de San Marcos, se izó el Árbol de la Libertad (el Albero della Libertà). Durante la ceremonia se cortó en trozos el gonfalone de la República (la bandera) y se quemó el libro d'oro (el directorio de nobles de Venecia). Se presentó el símbolo del nuevo gobierno: un león alado con la inscripción DIRITTI DELL'UOMO E DEL CITTADINO ("Derechos del Hombre y del Ciudadano") en lugar de la conocida "Pax tibi Marce evangelista meu". Muchos bromearon diciendo: "San Marcos ahora pasará página".
El 11 de julio se abolió el gueto de Venecia y se concedió a los judíos libertad de movimiento.
El 22 de julio, comenzó la represión: pena de muerte a quien osase decir ¡Viva San Marco! El 12 de octubre se decretó el estado de sitio, por miedo a conspiraciones contra el gobierno napoleónico.
EL SAQUEO DE LA CIUDAD
El 21 de noviembre de 1797, Napoleón cedió Venecia a Austria. Los franceses al tener que abandonar la ciudad, iniciaron el saqueo final:
1 El fin de la flota veneciana. En el Arsenale, algunos barcos se enviaron a Tolón, otros se incendiaron.
2 Se robaron obras de arte de iglesias, conventos y palacios. También se saquearon la Casa de la Moneda y el tesoro de la Basílica de San Marcos
3 El Bucintoro , el barco del dux se despedazó y las esculturas se quemaron para derretir el pan de oro que las cubría.
4 Se descolgaron los caballos de la terraza de la basílica de San Marcos para llevarlos a París. Regresaron años más tarde en 1815.
5 El cuadro "Las Bodas de Caná" de Veronés que estaban en la isla de San Giorgio Maggiore, en el refectorio benedictino se envían al Louvre (aún está allí compartiendo sala con la famosa Monna Lisa)
6 Las obras de Tintoretto, Giovanni Bellini, Giambattista Tiepolo y muchos otros nunca fueron devueltas,
7 Leones alados y esculturas que representaban a la República de Venecia se destruyeron en los edificios públicos.
8 Pocos días antes de su salida, las tropas francesas enloquecieron e incluso se apropiaron de los almacenes de abastos y dejaron a la ciudad sin existencias de trigo y maíz. Dicen que los cuadros se vendían al precio de lo que valía el lienzo.
El 18 de enero de 1798, los austriacos entraron en una Venecia desolada (estuvieron hasta 1805)
Venecia nunca se recuperó de la humillación francesa y de la pérdida de muchos de sus símbolos y tesoros. Dicen que sólo en cuanto a pinturas, "volaron" unas 25.000 obras
Y VOLVIÓ NAPOLEÓN
Napoleón volvió a dominar Venecia durante 8 años a partir de 1805.
Nunca antes Napoleón Bonaparte había pisado Venecia hasta el 29 de noviembre de 1807. Permaneció 10 días y nunca volvería.
En este viaje planeó obras en la ciudad para modernizarla y suprimió las órdenes religiosas. Descubramos las huellas de Napoleón en la ciudad:
1 ¿Arcos triunfales y bulevares?
Se realizó un arco triunfal de papel maché en el Gran Canal frente a la iglesia de Santa Lucia que estaba donde ahora encontramos la estación de ferrocarril. También surgió la primera gran avenida en la ciudad: Vía Garibaldi, Anteriormente era un río que se rellenó en 1807, al principio lo llamaron Via Eugenia (en honor a Eugène Beauharnais, hijo de la emperatriz Josefina al que Napoleón adoptó, que era virrey de Italia en ese momento), para ello se destruyeron varias iglesias y áreas conventuales como San Domenico.
2 Una iglesia destruida para crear un salón de baile
Cuando Napoleón Bonaparte, decidió reestructurar todo el área de San Marcos, ya os hablé del derribo de la Iglesia de San Geminiano, para construir su particular salón de baile, también designó las Procuradurías Nuevas como el Palacio de la Corona, residencia de su hijastro Eugenio.
La zona donde estuvo al iglesia de San Geminiano, pasó a llamarse Ala Napoleónica, y se pretendió coronar con una estatua de Napoleón. La estatua nunca llegó al lugar, y acabó en el museo Correr.
3 Un jardín con vistas
Pero además, Eugenio, quería mejorar las vistas desde sus aposentos en las Procuradurías Nuevas. Así que destruyó los tres edificios públicos del siglo XIV, los graneros de Terra Nova, para poder ver desde sus ventanas, tanto la laguna como un jardín muy especial a la sombra del Campanile de San Marcos, mirando a la Laguna y a la Iglesia de San Giorgio Maggiore: los hoy llamados Jardines reales.
4 Jardines Públicos
Venecia carecía de grandes espacios públicos verdes y los grandes jardines eran muy del gusto francés. Para poner en marcha el grandioso y ambicioso proyecto de dotar a Venecia de su primer parque público, Napoleón tuvo que demoler cuatro edificios religiosos: el renacentista San Niccolò di Castello, con el seminario y la casa de marineros jubilados, luego la iglesia gótica de San Antonio Abate con pinturas de Carpaccio, un convento de monjas capuchina. Así surgieron los jardines napoleónicos, en parte hoy ocupados por la Biennale.
También se pretendió realizar una zona comercial en la Riva degli Schiavoni y una amplia calle de la isla de la Giudecca que debía terminar en un jardín público que se utilizaría también para desfiles militares. Estas obras quedaron incompletas.
5 Un puerto
Se construyó un pequeño puerto en la isla de San Giorgio Maggiore que aún existe.
6 La Academia de Bellas Artes
Napoleón decidió también durante su visita la creación de una academia de bellas artes. Eligió el emplazamiento donde estaban la iglesia y el convento de la Carità, que más tarde se convertirían en la actual Gallerie dell'Accademia.
La historia de este cementerio comienza en 1804, tras el edicto de Saint-Cloud de Napoleón Bonaparte que prohibía los enterramientos dentro de los núcleos urbanos e iglesias por ser insalubre. En Venecia, el propio Napoleón eligió la isla de San Cristoforo della Pace para albergar el nuevo cementerio de la ciudad. Lo mismo había hecho antes en París, construyéndose el cementerio de Montmartre en la zona norte de la ciudad.
Pronto el espacio para enterrar se volvió insuficiente y se pensó en la cercana isla de Isla de San Michele para expandirse. San Michele se unió en 1836, a la vecina Isla de San Cristoforo della Pace, de la que estaba separada por un canal de 83 metros que se rellenó.
Napoleón lamentablemente no era un entusiasta de la ciudad, casi le hastiaba. En su visita, eón conoció días de lluvia, grises y con Acqua Alta (gente caminando con agua hasta las rodillas). No sabemos si por ese motivó no fue de su agrado.
Es difícil imaginar que Venecia no fuera del interés de la persona que la tuvo a sus pies. Napoleón no supo quererla ¿Cuál crees que sería el motivo de semejante falta de interés por una ciudad tan bella?
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