Según se cree, esta cabeza insertada en un muro señala la casa donde vivió uno de los verdugos (boia, en italiano) de Venecia en el siglo XV. ¿Es sólo una leyenda? Descúbrelo
Una leyenda veneciana nos cuenta que en este lugar, en calle della Testa, que toma su nombre de esta gran cabeza insertada en una pared de una casa del siglo XX, hubo una verdadera casa de un verdugo de Venecia.
Esta gran cabeza debió estar pegada a un lado de la puerta de entrada de la casa del verdugo y servía como un buzón de correos "trágico".
Cuando una persona era sentenciada a muerte, un mensajero partía del Palacio Ducal (donde se juzgaba a los acusados) y venía hasta aquí para dejar un rollo de papel en la boca de la enorme cabeza, informando al verdugo del día y la hora de la próxima ejecución.
El lugar de la ejecución sin embargo era siempre el mismo: entre las dos columnas, la de San Marcos y la de San Todaro en la Piazzetta de San Marcos. Por eso los venecianos dicen que las columnas traen mala suerte y evitan pasar entre ellas.
Hubo otras casas de boia, como la del centro del campo Santa Margherita, donde estuvo la Scuola dei Varotari (de los peleteros) o una casa en el Gran Canal entre el Fondaco dei Turchi y la Riva de Biasio.
LAS VERDADERAS CASAS DE BOIA
Nadie ya se acuerda donde estuvieron las casas del verdugo originariamente. Hay edificios que se llaman "Casa del boia" pero ninguno de sus habitantes debió llevar a cabo la horripilante tarea.
La historia real, es que los verdugos de la Serenissima fueron personajes dudosos, a menudo también condenados, que después de dar la muerte a otro, a veces la recibían. En otras ocasiones, eran extranjeros contratados para esa penosa labor.
👀 CURIOSIDAD
Un albanés que estaba en prisión por asesinato, fue verdugo durante cuatro años después de su sentencia; para evitar que se escapara se le ataba el pie con un curioso cordón que le conectaba con su celda en la prisión del Palacio Ducal.
Ser verdugo ciertamente no trajo popularidad, de hecho, podía ser una actividad peligrosa en sí misma (estaban expuestos a ataques por venganza), por lo que posiblemente las casas de verdugos se mantenían en secreto.
Cuando llegaron los franceses, alejaron del centro el área de ejecuciones, y la llevaron a la zona del convento de San Francesco della Vigna, donde estuvo el gasómetro después. Finalmente acabó en la zona de Santa Marta.
Las únicas casa de boia de las que se tiene constancia son dos: una en Santa Marta, completamente demolida en el siglo XIX, y otra en Giudecca, una casa anodina en el número 716, en la Fondamenta della Convertite.
Pero dicen que las leyendas siempre tienen algo de verdad, así que posiblemente la gran cabeza de piedra o el lugar marcan a un boia ¿Qué opinas? 🪓
PUNTO 53 DE LA CAPA "PASEO POR CANNAREGIO"
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