El exterior de la iglesia dice bastante poco, y poca gente imagina lo que tras su anodina fachada de ladrillo, va a encontrar en su interior al cruzar el umbral: uno de los más espectaculares techos de la ciudad que sorprende y sobrecoge por su magnificencia.
No podrás dejar de mirarlo hasta que la tortícolis te lo impida, porque te atrapa en una especie de éxtasis místico dentro de sus formas tridimensionales.
Es la pintura “El martirio de San Pantaleón”, obra de Gian Antonio Fiumani, pintada entre 1680 y 1704. No se trata de un fresco, sino de una vastísima pintura sobre tela, que es ¡la más grande del mundo! con sus 443 metros cuadrados de figuras, colores y formas arquitectónicas representando el martirio (en el lado izquierdo) y la gloria del Santo cuando es recibido en el cielo por Cristo y una multitud de ángeles.
¿QUIÉN ERA SAN PANTALON?
Me llamó la atención el nombre del santo, así que investigué y se trata de San Pantaleone di Nicomedia, quien en Bitinia era un médico, que vivió entre los siglos III y I. El hecho de que no cobraba por sus servicios y que con la ayuda de Dios lograba curar a casi todos los enfermos, despertó la envidia de muchos y fue denunciado como Cristiano durante las persecuciones de Diocleciano.
Dicen que lo intentaban, pero no lograban matarlo, hasta que él los perdonó antes de decapitarlo. La sangre que cayó hizo florecer una higuera seca a sus pies.
¿SABÍAS QUÉ...?
Se dice que Fiumani, el pintor del techo, después de 24 años de trabajo, murió al caer del andamio mientras terminaba la pintura del techo.
Para los admiradores de Veronés, aquí está su última: “San Pantaleón que sana a un niño” de 1587. 🎨
PUNTO 10 DE LA CAPA "PASEO POR DORSODURO"
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