El actual puente de Rialto sustituyó a uno anterior de madera cuya parte central se elevaba para dejar pasar a los barcos, y que se había derrumbado dos veces (una por el peso de la multitud que se congregó para ver una regata) e incendiado en otra ocasión.
Ante estas vicisitudes, el Gobierno veneciano tomó la decisión en 1524 de lanzar un concurso público para construir EL PUENTE DE PIEDRA.
Participaron los principales arquitectos de la época. Entre los diversos proyectos, algunos eran realmente extravagantes, como el que preveía la construcción, sobre el puente, de un edificio público de numerosas plantas o el de Andrea Palladio, con un puente de inspiración clásica. Dicen que hasta el propio Miguel Ángel participó. Pero finalmente se optó por el diseño de Andrea Da Ponte.
Llegaron largos años de diatribas sobre si el puente debía o no construirse de piedra, así que había apuestas entre los que creían que el puente se haría y no se derrumbaría y los que no. Y desde luego, eran mayoría los que pensaban que jamás sus ojos lo verían, tanto es así, que decidieron plasmarlo en piedra.
Lo plasmaron en el adyacente Palacio Camerlenghi con dos personajes en dos capiteles:
- Un anciano, con tres piernas, que parece decir: “¡ESTO SÓLO SE TERMINARÁ CUANDO ME SALGA OTRA PIERNA!”
- Una anciana con llamas bajo sus piernas que no era menos y parece indicar: “¡SI CONSIGUEN ACABARLO ME QUEMO VIVA!"
Y aquí siguen, recordando para siempre las vicisitudes de la construcción del PUENTE DE RIALTO que contra todo pronóstico sigue en pie tras ¡430 años!
El puente de Rialto hay que verlo desde diversos ángulos:
• Si lo has visto desde tierra, te recomiendo volver a verlo desde una góndola o un vaporetto. • Si lo has visto de día, vuelve de noche.
• Si lo has visto poco rato, puedes comer o cenar en uno de los restaurantes con vistas al Gran Canal y al puente
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